Un bosque

Un bosque

Como su nombre lo indica, el bosque de altura se distribuye en los picos montañosos de mayor elevación de México y Centroamérica, entre los 3200 y 4000 metros de altitud. Es el bosque que alcanza mayor elevación en el país y establece la frontera natural de distribución de los ecosistemas boscosos.

Es un ecosistema de afinidad fría. Los habitantes del bosque de altura están adaptados para resistir temperaturas tan bajas como 3 grados bajo cero durante el invierno, cuando el paisaje se viste de blanca nieve.

Es un bosque naturalmente abierto, con unos pocos arbustos como los lupinos y las campanitas. Además del pino de las alturas (Pinus hartwegii), grandes y mechudos pastos dan el aspecto clásico a este ecosistema. En los claros y humedales de altura, se pueden encontrar una gran variedad de hierbas con flores amarillas, blancas, lilas, moradas y rojas; colibríes e insectos como abejorros y una gran diversidad de moscas son los polinizadores de las alturas.

El bosque de altura es hogar de una singular variedad de seres vivos. Algunos como el carpintero de pechera o el búho barrado mexicano alcanzan su distribución de mayor elevación en este bosque. Muchos lo habitan durante la temporada del año más benévola y migran montaña abajo durante el invierno, como el colibrí zafiro orejas blancas o el venado cola blanca. Otros, como el descortezador de las alturas tienen la capacidad de hibernar.

Por desarrollarse en zonas elevadas, sobre suelos poco formados y pendientes inclinadas, los bosques de altura juegan un papel muy importante en la retención y formación de suelo en la alta montaña, así como en procesos de absorción de agua, que favorecen a otros ecosistemas montaña abajo.

Debido a su distribución en forma de islas de altura y al clima frío que requiere para desarrollarse, es un ecosistema en peligro debido al calentamiento global.