Un árbol
Con hasta 30 metros de altura y alargada figura, el pino de las alturas (Pinus hartwegii) es un gigante espléndido, un alpinista adaptado para resistir condiciones ambientales extremas.
Los pinos son viejos habitantes del planeta. De acuerdo al registro fósil, surgieron en Euroasia hace más de 120 millones de años, en la Era Mesozoica. El grupo de los pinos (género Pinus) está formado por entre 110 y 120 especies distribuidas en las regiones templadas del hemisferio norte y México es considerado un centro secundario de diversificación con 46 especies, 3 subespecies y 22 variedades.
De por sí el grupo de los pinos es conocido por su rudeza, en su mayoría resistentes a heladas, sequías e incendios, suelen vivir bien sobre suelos pobres en nutrientes. El pino de las alturas es de los que habitan en zonas frías, donde ocurre caída de nieve durante el invierno y bajo condiciones de menor presión atmosférica propias de altas elevaciones.
Habitante de la alta montaña de México y Centroamérica, es el pino que se desarrolla a mayor elevación, se le ha encontrado hasta los 4,550 metros de altitud en el Pico de Orizaba.
Su corteza gruesa y arrugada es una fenomenal vestimenta térmica que funciona tanto para el calor como para el frío. Es aislante del fuego y protege al árbol del sobrecalentamiento durante los incendios forestales, que suelen ocurrir a inicios de la primavera cuando el ambiente está más seco. En el invierno, cuando las temperaturas bajan y llega a caer hielo y nieve, proporciona aislamiento contra el congelamiento y es una gran armadura contra el ataque de insectos y patógenos.
El delicioso aroma a pino que se puede percibir al llenar los pulmones de aire en los bosques de altura, es producto de su resina. Otra interesante adaptación del grupo de los pinos y sus parientes las coníferas. La resina es una sustancia viscosa que sirve a los pinos para defenderse del ataque de insectos como el descortezador y otros patógenos como hongos y bacterias. Por su naturaleza química, ¡es un gran desinfectante!