Un bicho

Un bicho

El descortezador de las alturas (Dendroctonus adjunctus) es un escarabajo de apenas cinco milímetros. Sin embargo, la labor de este pequeño de habitar y dar muerte a los pinos, es fundamental para los procesos naturales del bosque.

Al descortezador de las alturas el gusto por las plantas le viene de herencia, es parte de una familia muy diversa de escarabajos que se alimentan de plantas. Dentro de ésta, pertenece al grupo de escarabajos descortezadores Dendroctonus, que evolucionó hace al menos 20 millones de años y está formado por 20 especies. El escarabajo Dendroctonus ancestral ya excavaba galerías en el tronco de los pinos ancestrales del viejo continente euro-asiático. En el mioceno temprano, cuando nuestro continente tenía un puente terrestre con Asia, diversos habitantes de los bosques templados de Eurasia migraron a América, uno de estos viajeros fue el escarabajo Dendroctonus ancestral. Desde entonces, la historia y dinámica de los bosques templados de nuestro continente ha estado ligada a los escarabajos Dendroctonus. Distintos escarabajos Dendroctonus evolucionaron para habitar diversos bosques y alimentarse de distintas especies de pinos, piceas, alerces y pinabetes.

El descortezador de las alturas se distribuye en las montañas desde Estados Unidos hasta Nicaragua y es el escarabajo Dendroctonus que alcanza mayor elevación. Es un habitante natural de los bosques de altura mexicanos, se le llega a encontrar hasta los 3,900 m de altitud.

Para reproducirse, el descortezador de las alturas debe invadir y dar muerte a individuos de pino de las alturas (Pinus hartwegii) generalmente viejos, debilitados por una fuerte sequía o dañados por fuego o rayos. Para lograr traspasar las defensas del gigante, el descortezador ataca en grandes grupos y en equipo con el hongo azul que lleva consigo e inyecta en el sistema circulatorio del árbol, taponeándolo y colapsándolo. Si gana la batalla, se reproducirá y pondrá sus huevos bajo la corteza del árbol, ahora muerto. Al eclosionar, sus miles de larvas comerán parte del tronco reblandecido por el hongo azul y se desarrollarán hasta transformarse en adultos listos para volar en busca de un buen pino para reproducirse.

La interacción descortezador-pino desencadenará una cascada de vida en el esqueleto de madera. Una gran variedad de seres vivos llegará al árbol a degustar el viscoso platillo. Insectos como otros escarabajos, moscas o avispas pondrán sus huevos bajo la corteza y sus larvas se alimentarán de las de descortezador. Además, arañas, ciempiés, pseudoescorpiones y hasta lagartijas llegarán convocados a disfrutar de los manjares que se van sumando conforme distintos bichos colonizan la madera muerta y la corteza se desprende generando huecos para habitar. Algunos pájaros insectívoros aprovecharán la temporada de vuelo del descortezador y se darán un festín al vuelo.

Al mismo tiempo, el tronco será colonizado por una gran variedad de hongos en una sucesión de descomponedores que lo degradarán lentamente y también serán alimento para otros seres vivos. Por fuera, los líquenes cubrirán el árbol, al acumularse la humedad llegarán también los musgos. Conforme se caigan las ramas, se generarán huecos que servirán de casa a distintas aves como búhos, así como pequeños mamíferos como ardillas y mapaches.

Los pájaros carpinteros tienen una relación especial con el descortezador y su árbol. Consumen una gran cantidad de larvas picoteando el tronco y son capaces de excavar su nido en la madera reblandecida. Al abandonarlo, después de la temporada reproductiva, el hueco servirá a otros vecinos del bosque para hacer sus nidos.

Además, al abrirse claros en el bosque con la muerte del arbolado, se desarrollarán una gran diversidad de hierbas y flores que alimentarán a polinizadores como abejorros y colibríes y a herbívoros como conejos y venados.

Después de un largo proceso de décadas de descomposición, finalmente la madera se convertirá en abono para el suelo del bosque, facilitando que árboles nuevos crezcan y la vida continúe.